No entenderé jamás tu afición a los atrapa
sueños. Siempre que el viento movía sus plumas decías que un sueño se cumpliría
y cerrabas los ojos, me tocabas los labios, y a continuación, súbitamente me
plantabas un beso.
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Será realidad ¿Lo ves? – Susurrabas mientras me clavabas
tu mandíbula en mi clavícula fría debajo de una lluvia apenas en su génesis.
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Solo hay que esperar, espero que tengas razón – Mientras ella
seguía navegando por sus pensamientos, yo olía su olor a canela y acariciaba su
espalda desnuda por un vestido recién sacado del almacén.
Siempre tú estabas allí, entre mi
pecho y mi cuello, inmune yo me estaba cuando me besabas por sus más de mil
veces por segundo que retumbaban en mí. Tú y tu afición a mí, yo y mí afición a
pedir deseos al son de ti . Yo pedía en no separarme nunca de tus besos, de tu
vaivén de tus caderas, de tu sonrisa recién al despertar, de tus llantos por no
conseguir hacer algo, de tus dudas al escoger en la fila de un restaurante, de
tus comidas rápidas, de tus miedos… en definitiva no separarme de tu ser. Ahora
estoy aquí al lado de una ventana, en lo más alto de una montaña esperando que
se mueve este atrapa sueños que tengo entre mis dedos, esperando que se cumpla
este deseo que me clava como una espada, que me hace daño como estar sin ti.
Vuelve y tráeme un atrapa sueños, regresa y volvamos a pedir deseos juntos. Prométeme
que no pedirás más becas al extranjero, prométeme que vendrás en el próximo vuelo.
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PD: FOTO MÍA