Me cuesta verte triste sabiendo que siempre le das una sonrisa a la vida. Tú, mi amiga que siempre haz estado allí apoyándome, que siempre me animabas con tus raras ocurrencias, tú que siempre fantaseas, ahora estás llorando. Tus ojos están apagados y tu alma llora, por problemas, porque según tú haz explotado y no puedes más, porque para ti la vida no tiene sentido. Ahora estás gritando y me dices que quieres desparecer. A ti amiga, te digo que la vida es una lucha y hay que ponerse bien la armadura, y combatir con fuerza contra lo malo, y dibujar estrellas en el cielo cuando sólo hayan tormentas, saber dar una sonrisa en la oscuridad y abrazarse el alma cuando quieres llorar. No te guardes nada, no esperes a explotar. Y ahora sécate esas lágrimas y vamos a reír y a cantar.